Trauma: ¿Usted sabe qué es?
Un trauma se define como una enfermedad o complicación que se deriva de otra y altera el éxito natural de eventos relativos de la salud del organismo humano, sea mental o físicamente.
En lo que se refiere a acontecimientos de orden psicológico, podemos clasificar como evento traumático cualquier situación angustiante o dolorosa que cause repercusiones futuras en la vida del individuo en razón de la dificultad de superación del acontecimiento.
Un trauma psicológico se caracteriza principalmente por el rompimiento de defensas mentales, aprendizajes indeseables que generalmente nos hacen actuar delante de posibles situaciones de riesgo. Así, la ocurrencia de una experiencia muy negativa acaba ultrapasando nuestras defensas psicológicas.
¿Cómo sucede un trauma?
A partir de la vivencia de una experiencia dolorosa, se forma en el individuo lo que podemos llamar memoria traumática. Este recuerdo se caracteriza por la suma de emociones, imágenes, sonidos y todos los sentimientos vivenciados a partir de la ocurrencia del trauma.
El acceso a la memoria traumática se da por medio de situaciones que hagan al individuo revivir cualquiera de los sentimientos relacionados a ella. Eso acaba configurando una serie de disparos que culminan en la angustiante sensación de vuelta a la experiencia del trauma
¿Cuáles son los síntomas?
Revivir la sensación de una situación traumática del pasado puede ser extremadamente angustiante para el individuo.
La activación de la memoria traumática desencadena una serie de síntomas, tales como confusión mental, dificultad de concentración y toma de decisiones, incredulidad, pensamientos indeseados, paranoia y aumento de preocupaciones.
Podemos caracterizar esa clase de síntomas como “compromisos cognitivos”, en razón de que las consecuencias del trauma afectaron las capacidades de cognición del individuo en relación con una situación trivial.
Existen también los “compromisos emocionales”, que producen en el individuo sensaciones como pánico, ansiedad, aprehensión, desespero, tristeza, rabia, desamparo, culpa e irritabilidad.
Podemos citar también los compromisos de orden interpersonal, o sea, aquellos síntomas que interfieren directamente en la relación del individuo con las personas a su alrededor.
Podemos citar como ejemplos las dificultades en el medio profesional y el familiar, la formación de trabas sociales relacionadas a la timidez o a la sensación de barreras delante de cualquier situación de interacción social.
¿Cómo hacer el tratamiento?
Aunque sea común la sensación de impotencia delante de las consecuencias de una situación traumática, es importante recordar que existen posibilidades clínicas de tratamiento del trauma.
La orientación psicológica es una opción esencial, Variando de acuerdo con la corriente de la psicología adoptada por el terapeuta, se desarrollan caminos a lo largo de las sesiones que llevan al paciente a comprender mejor la situación y, gradualmente, modificar los patrones mentales negativos que fueron formados. Así, con la ayuda de un profesional capacitado, es posible aprender a convivir y superar las consecuencias negativas de la experiencia traumática.
En algunos casos más graves, puede ser necesaria la prescripción de medicamentos ansiolíticos o antidepresivos. Por medio de la debida orientación médica, la utilización de esos medicamentos conjuntamente con el acompañamiento psicológico pueden traer resultados extremadamente satisfactorios para la superación del trauma.
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