Familia

Construir una relación conyugal saludable

Para construir una relación conyugal estable y feliz, es preciso mucho más que amor. Después del matrimonio, es común que algunas parejas comiencen a enfrentar dificultades: los sueños de la vida perfecta van siendo sustituidos por la rutina, por las dinámicas familiares y por el exceso de preocupaciones profesionales  y financieras.

Cuando las cosas se comienzan a dificultar y la relación no fluye como debería, es hora de parar y pensar un poco en los rumbos del matrimonio. Salir del mundo idealizado y enfrentar los desafíos de lo cotidiano exige mucha madurez y compromiso.

Para ayudarlo a identificar los aspectos negativos que no van bien y mejorar su relación conyugal, separamos algunos consejos de cómo construir un matrimonio saludable. Acompáñenos!

Comuníquese, el diálogo es el mejor camino para una relación conyugal saludable 

Quien no se comunica no solo le va mal, también guarda para sí una cantidad enorme de emociones y sentimientos. Si usted y su compañero o compañera no conversan, no hablan sobre ustedes ni sobre la relación, es probable que las cosas no estén yendo bien. Con una comunicación clara y sincera, es posible resolver las situaciones y los problemas que quedaban en el aire entre la pareja. Es necesario saber hablar y también saber escuchar.

Mantenga viva la llama de la pasión

Infelizmente, es común que aquella pasión motivadora de la época de novios se va enfriando con el pasar de los años y con el aumento de las preocupaciones. El problema es cuando la pasión se enfría tanto que la pareja ya no pasa tiempo sola, no hace planes placenteros entre ellos y la motivación en estar con el otro ya no existe más. Si las cosas parecen frías, distantes y apáticas, apuesten a la creatividad para aproximarse. El tip es huir de la rutina y, cuando no sea posible, traer para el día a día la ligereza, la dulzura y la gentileza de los romances.

Sea amigable y compañero

Si la pareja comienza a pelear constantemente e intensamente, es hora de reevaluar algunas cuestiones. El respeto, el compañerismo y la admiración por el otro deben marcar el día a día para que la convivencia no se torne amarga. El exceso de peleas señaliza varios problemas, como la falta de confianza y cariño. Identifique los motivos que desencadenan las peleas, piense sobre ellos y cuide para que las discusiones no lleven el matrimonio al fracaso. Intercambie las palabras duras por los elogios, por agradecimientos y por la compresión verdadera del otro

Sexo y libido

Es en la cama que las personas perciben una de las típicas señales de que las cosas no van bien. El exceso, la falta o la insatisfacción sexual son indicativos de problemas en la relación. En un matrimonio saludable, las relaciones sexuales deben suceder de forma proporcional en el placer de ambos, creando momentos de relajamiento y complicidad. Si la rutina está dificultando las relaciones en la cama, suelte la creatividad y apueste en novedades que puedan traer el calor de vuelta para la relación.

Si usted ya identificó esas situaciones en su relación conyugal y no consigue transformarlas, una alternativa es la búsqueda de una orientación psicológica.

El psicólogo puede ayudar a la pareja a curar heridas y problemas que parezcan sin solución. Si usted se interesa en saber más sobre terapias de pareja y carencia afectiva lea nuestros artículos. Ellos le pueden ayudar a liberar sufrimientos y construir un relacionamiento todavía más saludable.

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3 comentarios

  1. “El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.” – 1 Corintios 13:4-7

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