¿Qué es el Miedo?
Primero es necesario definir que, el miedo es una emoción caracterizada por una sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro real, supuesto tanto presente como pasado o futuro;
Básicamente se trata de la reacción que se produce ante un riesgo o amenaza. Este estado afectivo genera angustia y ansiedad, que se refleja con sensaciones corporales como producto de la variedad de estímulos externos e internos(pensamientos) que expone el miedo.
¿Cómo Reaccionamos?
Cualquiera de los siguientes estímulos puede provocar el miedo en la persona; ya que, desde lo social, puede existir temor aprendido hacia contextos que no están claros como, el miedo al fracaso, soledad, al amor y a las situaciones difíciles.
Debido a que, cuando sentimos miedo creemos que tenemos una baja capacidad de control.
No obstante, consideramos que necesitamos hacerle frente de manera inminente y para ello, realizamos ciertas conductas.
Podemos evitar o escaparnos de aquello que nos produce ese temor e incluso encerrarte en el miedo intenso hasta llegar al pánico.
Además, entre otras reacciones fisiológicas se encuentran las siguientes:
- Un aumento de la presión cardiaca.
- Sudoración.
- Dilatación de pupilas.
- Descenso de la temperatura corporal.
- Tensión muscular.
Los efectos subjetivos del miedo son:
- Sensación de malestar.
- Preocupación y la sensación de pérdida total del control; en donde los pensamientos influyen con frases, como por ejemplo:
¿Si pierdo esto, puedo fracasar y que pasaría sí me enfermo? estaré en el hospital y sí me contagio?
Lo importante es, que estos tipos de pensamientos no te controlen, ya que los seres humanos somos más que los pensamientos, por lo que desarrollamos capacidades para afrontar las situaciones que se presenten.
¿Cuáles son las situaciones Adversas?
Las situaciones adversas, son aquellas que no son impredecibles, como las situaciones naturales sea huracanes, tormentas, incendios y terremotos.
También hay situaciones sociales que no son predecibles como lo son: Ser robado, accidentes de autos, enfermarse y la situación de la pandemia.
Ahora, qué sucede cuando se presenta la adversidad… ¿Qué sientes y piensas?. Es allí cuando florece la negatividad y por ende el miedo junto a esto.
Mencionando que nuestro cuerpo responde a los pensamientos y si están en constante negatividad, se acompaña de las reacciones descritas, generado que el sistema inmune se va debilitando.
¿Cómo afrontar los Miedos?
En la vida hay momentos, buenos y malos, alegres y tristes… o algunas veces grises y así tenemos que entenderlo, puede que un día está nublado, pero ten por seguro que el sol volverá a salir.
Es por ello que lo elemental para afrontar los miedos es:
- Asumir que tienes un determinado miedo: Reconocer la emoción que tienes es un paso fundamental. Considerando que sentir miedo es natural y que probablemente tiene un motivo.
- Reconoce que no tienes el control. El día a día, por muy controlado y organizado que te parezca, tiene cierto grado de incertidumbre. Tu mente tiene mecanismos que se activan sin que puedas controlarlos y ser consciente de ello. Además, no puedes controlar a los demás o a la naturaleza.
- No evites los miedos, Afróntalos. La imaginación a veces nos juega malas pasadas y puede resultar más atemorizante que la realidad. Evita sobrecargarte de información que no dan aportes a tu vida.
- Amplía tu percepción. No te centres en tus miedos, identifica tus pensamientos negativos o catastróficos, no dejarte llevar por todo lo que escuchas de las personas, enfócate en el presente, en lo que observas de tu entorno con atención plena y gratitud por lo que tienes en el aquí y ahora.
- No confundas el miedo con la ansiedad. El miedo y la ansiedad no son lo mismo. La ansiedad se suele manifestar de forma generalizada en el cuerpo y es la respuesta a otras emociones latentes.
Ya que tienes en cuenta estas recomendaciones, te digo que la mejor forma es afrontarlo, trabajando la confianza y el autoconocimiento, modificar tus pensamientos a positivos, vivir en el aquí y ahora con atención plena, mantener estados de ánimo de humor y risa; así como proyectarte hacia lo que quieres obtener al pasar la adversidad. Debido a que, algunas veces estas situaciones adversas, colocando a prueba nuestra paciencia, otras veces nos sorprende con su luz radiante después de una gran tormenta.
Por eso
Ríe, baila, sueña, disfruta lo que tengas de tu mano… y hazle frente a la vida cuando llegue el momento.
Por Rosalyn Alvarez, Psicóloga Clínica.