¿Optimista o Pesimista?
A veces nos separamos en una dualidad de pensamientos negativos y pensamientos positivos, y en tiempos de optimismo tóxico, de aquellos que piensan que la vida siempre es perfecta y que no deja espacio para el sufrimiento, sintieron el llamado a esta conversación.
La edad de la vida bella y divertida
Estamos en la era de la búsqueda de la felicidad, la felicidad. Sin embargo, estamos cada vez más tristes y no entendemos mucho sobre nosotros. Estamos en la era de demostrar en las redes que nuestra vida es hermosa y divertida. Ocultar lo que duele, lo que te hace sufrir en una búsqueda salvaje de aceptación. Un camino que genera más y más sufrimiento.
Sabiendo que estas clasificaciones no son solo pensamientos positivos o negativos o esa idea de ver el vaso medio lleno o medio vacío, en realidad es mucho más que eso.
Optimistas
Los optimistas son aquellos que ven los problemas de la vida como fugaces y circunstanciales, y cuando piensan en el futuro, están más abiertos a las posibilidades. Los optimistas usan más estrategias de acercamiento a los demás, ven la posibilidad de estar en un grupo social como una oportunidad para algo nuevo, un negocio, un aprendizaje, a menudo son más extrovertidos.
Tienen una orientación futura, pero sin tener el apoyo del aquí y ahora, siempre con una postura más motivadora. Es decir, planificar y desarrollar acciones para los objetivos.
La expresión del optimista es “hacia algo”. Cuando miras hacia atrás, lo ves como una oportunidad para aprender. Martin Seligman ya ha definido: “No se trata solo de pensamientos positivos, sino de la forma en que uno piensa sobre la causa de los malos eventos. (1998) “
Los pesimistas
Los pesimistas explican los malos acontecimientos de la vida como permanentes, universales e internos. A menudo usan palabras como “Siempre”, “Nunca”, “Mucho” en su vocabulario. Los pesimistas son más cautelosos al tomar decisiones, evalúan todas las posibilidades. Actúan de manera más preventiva, usan estrategias de negación.
Enfrentados al estrés, los optimistas tienen una postura de resolución de problemas, siendo más ingeniosos que los pesimistas.
¿Y para qué sirve?
Si sabemos cómo sentir nuestras emociones y emociones sabiamente, sentir las alegrías y la tristeza, por un período razonable y abrirnos a las posibilidades que la vida presenta a diario, vivir los afectos, tendremos una vida mucho más saludable y abundante.
Cuando estamos felices y experimentamos efectos positivos en nuestras vidas, algo como ‘quitarse la venda de los ojos’ y mirar la vida más claramente y ver nuevas oportunidades.
¿Cómo afecta a tu salud ser una persona optimista o pesimista?
Hay varios estudios que muestran que las personas optimistas tienden a recuperarse mucho más rápido de una cirugía y tratamiento extensivos.
“Las personas que dependen de la recuperación se adhieren mejor al tratamiento y son capaces de soportar situaciones adversas”.
Existe evidencia de que los pesimistas cuidan menos su salud física, practican menos deportes y tienden a fumar y beber más. (GOLEMAN, 1995).
¿Cómo estás cuidando tus pensamientos?
¿Sabías que esto no es algo rígido y estático? Es posible cambiar nuestra actitud hacia los hechos de la vida.
Y tú, ¿has leído este texto y te has encontrado pesimista varias veces?
Dejo dos ejercicios para ejercitar el optimismo:
1 – Visualiza el mejor futuro que anhelas en cada área de tu vida. Desarrolle metas para lograr esa meta que busca. Y cambiar la postura hacia A.
2 – Haga un diario, preferiblemente escrito a mano, reflexionando sobre los eventos buenos y malos que ocurren en su vida. Escriba cuál fue su actitud ante el evento y¿por qué fue bueno o malo para usted?.
Con el tiempo, vuelva a leer sus manuscritos y evalúelos. Observe qué filtro está buscando para los eventos que ocurren en su vida. La prudencia, que también es una fuerza de carácter, puede ser muy importante en su caminata, para no equivocarse en ciertos puntos; ¡Pero la esperanza optimista es conducir!
Referencias
GOLEMAN, Daniel. Inteligencia emocional: la teoría revolucionaria que redefine lo que es ser inteligente, Editora Objetiva, 1995.
SCHEIER, M.F., y Carver, C.S. (1985). Optimismo, afrontamiento y salud: evaluación e implicaciones de las expectativas de resultados generalizadas. Psicología de la salud, 4, 219–247.
SELIGMAN, M. E. P. Optimismo aprendido: cómo cambiar de opinión y de vida. Nueva York: Free Press, 1998.